Priorizar la salud puede ser un desafío para muchas mujeres que se encuentran entre los 30 años o la etapa de juventud tardía, ya que se suele asumir mayores responsabilidades en el hogar y en el trabajo y a veces tener un balance entre la vida profesional y familiar es complicado. Es importante considerar que en esta década se experimentan cambios hormonales que impactan en el metabolismo, la energía, el estado de ánimo y la apariencia.
“La producción de estrógenos y progesterona disminuye progresivamente, lo que puede afectar la calidad de la piel, el cabello y las uñas, además de influir en el almacenamiento de grasa y la capacidad de retención de colágeno. Estos cambios pueden verse acentuados por el estrés, la falta de sueño y una alimentación inadecuada”, comentó el doctor Santiago Rodas, especialista en medicina integrativa de Firstmed.

Según un estudio de Centrum PUCP (2023), las mujeres en el Perú dedican en promedio el 38% de su tiempo a labores domésticas no remuneradas, mientras que los hombres destinan solo el 24%. Esta carga adicional, sumada a las responsabilidades profesionales, puede afectar la calidad del sueño y la absorción de nutrientes esenciales.
Para mitigar estos efectos, el Dr. Rodas destaca la importancia de una alimentación balanceada y una adecuada suplementación, especialmente en nutrientes clave como la biotina, zinc, vitamina C y antioxidantes. "El estado de la piel, el cabello y las uñas está directamente relacionado con la nutrición. Deficiencias en vitaminas esenciales pueden reflejarse en fragilidad capilar, piel opaca y uñas quebradizas", afirmó. “Además, un factor pasado por alto es la salud intestinal. Una microbiota equilibrada facilita la absorción de nutrientes esenciales, contribuyendo al bienestar general”, remarcó el doctor Rodas.